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El paso de cadete a juvenil... ¡Cuidado con los codos!

El otro día se dió una circunstancia que ocurre a menudo, diría que una vez cada año, a la cual no le había dado demasiada importancia...

Empezar a entrenar con los balones y compañeros de la temporada que viene

Los equipos se preparan para la temporada siguiente, cuando se juegan las Copas Primavera u otros torneos donde los clubes aprovechan para juntar los jugadores y empezar a rodar los motores del siguiente año. El caso es que, de un día para otro, los porteros cadetes empiezan a entrenar con jugadores juveniles de primer año (dentro de tres meses todos serán juveniles) y, sobretodo, con balones de talla 3. Me refiero a los chicos y no a las chicas porque, en este caso, nos afecta la única diferencia que hay en el balonmano por razón de sexo: el tamaño del balón.

El peso del balón aumenta entre un 13% y un 46%

El peso reglamentario del balón de talla 2 es de entre 325 y 375 gramos, mientras que el balón de talla 3 (sin contar la pega ni la suciedad incrustada) es de 425 a 475 g. Es decir, el aumento de peso es de entre un 13% y un 46% (almenos en teoría).

Quise calcular qué supone este aumento en términos del impacto del balón hacia el portero, especialmente en los antebrazos, donde sucede el problema de la lesión del "codo del portero". Un amigo ingeniero me dijo "cantidad de movimiento", y me explicó que el impacto que tiene que suportar el portero aumenta en la misma proporción, es decir, ¡entre un 13% y un 46%!

Si a esto le añadimos que los lanzadores juveniles de primer año están más fuertes y adaptados a lanzar estos balones que los chicos cadetes, podemos suponer que van a poder lanzar más fuerte aún, incrementando todavía más el impacto del balón.

En conclusión, la decisión tan habitual y aparentemente lógica de entrenar conjuntamente y con los balones del año que viene, incrementa los balonazos que recibe el portero almenos un 13% y puede llegar hasta casi el 50%, de un día para otro. Es un riesgo de lesión enorme, con lo fastidiosas que son las lesiones por "codo del portero".

Recomendaciones

  • Realizar un entrenamiento de fuerza para prevenir este cambio, ¡con varias semanas de antelación!
  • Entrenar la técnica para que el impacto del balón se amortigüe lo más posible (estar en contacto con el balón durante más tiempo).
  • Realizar un calentamiento específico para estos días, que ponga especial énfasis en la técnica de impacto del balón, con lanzamientos no muy fuertes.
  • Los días del cambio, menguar el volumen de entrenamiento y, sobretodo, evitar lanzamientos a bocajarro.
  • Sin lugar a dudas, subir el volumen de entrenamiento en el Keeper-Simulator, ya que no conlleva riesgo alguno de lesión por impacto.
  • Si no hay más remedio que jugar, se pueden proteger las articulaciones con vendajes que restrinjan el movimiento ("taping").
  • Hay que progresar de forma gradual para volver a un volumen alto de lanzamientos fuertes, pero atentos, a la menor molestia no debemos seguir entrenando en la pista, dado que sólo van a empeorar las cosas. Para tal caso, en el Keeper-Simulator podemos entrenar sin riesgo de agravar la lesión.