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El Secreto de Calatrava

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Hablamos con Eusebio Angulo, el "hombre-club" del BM Pozuelo de Calatrava, un proyecto de balonmano creado desde cero en 2007 que nos genera mucha envidia sana. Queremos descifrar dónde está el secreto, el truco o la trampa... Para convertir un grupo de chicas de un pueblo, que no sabían lo que era el balonmano, en un club de referencia para toda España.

Eusebio es profesor de universidad y no se gana la vida con el balonmano. Él jugó hasta infantiles, pero tuvo que dejarlo después de que el equipo de su pueblo, Pozuelo de Calatrava, desapareciera. Años más tarde, el concejal de deportes del mismo municipio de Castilla-La Mancha, que cuenta con 3.000 habitantes, le convenció para organizar desde cero el deporte escolar con las chicas del pueblo. No había balonmano ni tampoco deporte femenino.

¿Dónde está la red?

Acudieron a la cita las niñas del pueblo, cuando eran alevines, preguntando por la red... ¡Pensaban que iban a jugar a voleybol! Así fue el inicio de un equipo que perdió por 32 a 3 en su primer partido contra Bolaños de Calatrava, el rival regional. Eusebio tiene al acta guardada en casa y lo recuerda de vez en cuando, para que a nadie se le suba el éxito a la cabeza.

¿Cómo se hace para que, comenzando de tan abajo, la historia dé un giro y lleve al BM Pozuelo a lo más alto en los Campeonatos de España, cadete y juvenil?

Eusebio nos responde pensándoselo bien, queriendo dejar claro que lo más importante es el trabajo y la humildad. Poner al equipo siempre por delante y procurar que todo el mundo que forma parte del proyecto se sienta importante, "desde el que graba los partidos a la que mete ocho goles". Nos cuenta que no es cosa de una sola persona -aunque él está en la cima de la pirámide y coordina los distintos ámbitos del club-, sinó que la colaboración de mucha gente es fundamental.

Así, en los primeros años, algunas chicas de los alrededores se fueron apuntando al equipo permitiéndole tener continuidad y prepararse con más fuerza. Luego llegaron las participaciones en los sectores y Campeonatos de España, donde ganaron el oro cadete en Sagunto. Fue algo inesperado. El de Zarautz, en juveniles, quizá fue el que sí se plantearon como objetivo, tras ver que ya lo habían conseguido dos años antes. Trabajo y más trabajo de unas chicas que se llevan los libros de bachillerato a los sectores y entrenan cuatro días hasta en Semana Santa.

'Las Espartanas'

Con estos valores por bandera, trabajo y humildad, le han puesto nombre a su sueño (y a su pabellón): "Las Espartanas". Una seña de identidad inequívoca para un equipo de "gente bajita" que necesita trabajar y correr más que las rivales para poder competir contra ellas. El sistema de juego se basa en defender (hay que destacar también la portería) y correr todo lo que se pueda. Luego, en ataque posicional, y con rivales de mayor peso y defensas cerradas, tratar de sistematizar mucho para provocar errores defensivos y aprovecharlos.

Eusebio nos habló de hasta siete sistemas defensivos diferentes dominados con detalle, entrenando cuatro días dos horas a la semana. Y hacer pesas. Todas las semanas. Fundamental, desde cadetes. Hay que ir al choque con gente de más peso y estar fuertes es fundamental, "te lesionas menos". Eusebio lo sabe, porque antes no lo hacía y el rendimiento era peor. Páginas en negrita de su libro de aprendizajes como entrenador, desde que hace 11 años empezó esta aventura de volver al balonmano, formándose en los distintos cursos para entrenadores, incluído el Nacional.

Sin hacer planes a largo plazo, el futuro paso a paso

El club no hace planes a largo plazo. Eusebio sabe lo difícil que es tener equipos en un pueblo tan pequeño. Le gustaría tener cubiertas todas las categorías, para que cualquier niño o niña que quiera jugar a balonmano pueda hacerlo. No como le pasó a él, en infantiles, cuando tuvo que dejar el balonmano. Esta temporada ha vuelto a coger un equipo de alevinas, junto a Jimena Laguna... ¡Quién sabe si serán las próximas afortunadas en vivir este cuento de hadas!

Piensa también en hacer crecer a la parte masculina, que ya se está superando, con un equipo juvenil prometedor y un sénior a medias con otro club. De ésta parte se encarga Carlos Martínez, un viejo conocido de la época de jugador que seguro que también es una pieza clave para el proyecto.

Y el equipo de Plata Femenina que es, ahora mismo, la joya del club. Segunda temporada en la categoría, con una media de 18 años van terceras clasificadas y ya han conseguido la salvación matemática, el objetivo a priori. En el club fantasean con llenar 3 autobuses para ir a Córdoba, en caso de llegar a la última jornada de liga con opciones de entrar a la fase de ascenso. Eusebio es algo más cauto y se centra en mandarle el trabajo físico semanal a las pocas jugadoras que viven fuera, y en estudiar los vídeos del próximo rival.

No nos extraña que, en este ambiente tan familiar y de superación, el equipo se conjure para derrotar a rivales que sobre el papel serían claros favoritos... Clubes de toda España que, cuando sucumben en ese pabellón lleno de almas espartanas, no se les podrá olvidar el nombre del lugar de la Mancha en donde, una vez, renació el balonmano: Pozuelo de Calatrava.

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